Adolescencia y EII, el gran desafío adaptativo

Ser adolescente es tener que atravesar por una etapa llena de cambios, a los que no siempre es fácil acostumbrarse. Si a esto le añadimos una enfermedad crónica como la EII, lo complica aún más, haciendo que se ralentice el proceso de maduración por la aparición de factores estresantes que alertan de las modificaciones adaptativas que de forma vertiginosa el adolescente tiene que hacer frente.

Esto conlleva cambios en el estilo de vida y un proceso de ajuste por la cronicidad de la patología a diversos cambios físicos, psicológicos, sociales y ambientales que conlleva la enfermedad y su tratamiento.

El diagnóstico de la EII resulta una experiencia inesperada, traumática y desestabilizadora en todos los pacientes pero en los adolescentes se hace más señalada y por ello es necesario desarrollar un proceso de adaptación, siendo factores importantes el curso del tratamiento, el estrés psicosocial asociado con la enfermedad, las características personales y el entorno socio-familiar.

Por ser la adolescencia un tiempo de rápido crecimiento y cambios fisiológicos acompañados por importantes procesos de individuación y socialización, el manejo de una condición crónica durante este periodo constituye un importante desafío para el chico o la chica, su familia, sus amigos y el entorno escolar.

Factores que preocupan al adolescente con EII

ENTORNO ESCOLAR

Las faltas de asistencia y bajas en el centro escolar, bien por hospitalizaciones o bien por reposo domiciliario, y el ser excluidos por sus compañeros y no comprendidos por sus profesores también son aspectos que a los jóvenes les preocupa con la llegada de la enfermedad y los brotes posteriores.

ENTORNO SOCIAL

No poder “irse de fiesta” con los amigos, apuntarse a un campamento o el simple hecho de “ligar” se puede convertir en una de las tantas preocupaciones que un joven adolescente tiene en la cabeza.

DESARROLLO SEXUAL Y CRECIMIENTO

En la adolescencia media (de 14 a los 17 años) los órganos sexuales están listos para la reproducción y el deseo sexual se incrementa. Se empieza a buscar el contacto habitual con el otro y pueden llegar las primeras relaciones sexuales. En la adolescencia tardía (de los 17 a los 21 años) el adolescente se ha desarrollado por completo, física y psíquicamente, buscando estabilidad y confianza en el otro. En chicos y chicas con EII, puede haber retraso en la pubertad. En este sentido, a los jóvenes pueden influenciarles la imagen que tienen sobre si mismos por algunas características propias de la enfermedad y su tratamiento: baja estatura, acné e hinchazón, delgadez extrema, estoma, cicatrices por cirugías, etc.

En conclusión, en este aspecto hay que potenciar la autoestima y las habilidades en las relaciones personales íntimas.

ALTERACIONES EMOCIONALES

La aparición del estrés por la preocupación de alguno de los síntomas de la enfermedad (diarreas, dolor, falta de energía, etc.), puede producir irritabilidad y cambios de humor muchísimo más acentuados en los adolescentes con enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa.

Aspectos a trabajar para facilitar la adaptación

LA AUTOEFICACIA

Es la creencia en las propias capacidades para hacer frente a diversas situaciones.

El psicólogo Albert Bandura, creador de la teoría cognitiva social, recalca el papel importantísimo del aprendizaje por observación, la experiencia social y la autoestima. Así te será más sencillo como joven paciente de EII saber cómo abordar los objetivos, las tareas y los desafíos. De este modo, la autoeficacia puede desempeñar un papel importante no sólo en cómo te sientes contigo mismo, sino en tu actitud y posibilidades para alcanzar con éxito tus objetivos en la vida. La autoeficacia está muy relacionada con el autoconcepto que se tiene, por lo tanto, un mayor nivel de autoeficacia producirá una mayor resistencia al estrés, una mayor capacidad de adaptación a las demandas que implican las transiciones evolutivas y también un aumento de capacidad de ajuste a la experiencia de vivir una enfermedad crónica.

PERCEPCIÓN DEL APOYO SOCIAL

La importancia de tener un buen entorno social, buscarlo y evitar el aislamiento reforzando las habilidades sociales para resolver eficazmente cualquier situación que se puede presentar, es crucial para que no te quedes estancado o fuera de lugar. Elige a un amigo de confianza, exprésale tus emociones y cómo te sientes llevando preparadas algunas respuestas de las posibles preguntas que te formule. Utiliza el sentido del humor y relativiza la situación. Así, ese amigo comenzará a ver lo que te ocurre con normalidad y además sabrá cómo ayudarte ya que gracias a la expresión de emociones sabrán cuándo y cómo hacerlo.

Un consejo para padres y madres

Ofrecer un apoyo sano, es decir, evitad el proteccionismo hacia los hijos y rebajad el estado de alerta excesivo para facilitar el crecimiento y maduración mental a través del aprendizaje en acierto error. Las técnicas en gestión de emociones y solución de problemas pueden ser dos buenas herramientas terapéuticas.

 

“A casi nadie le gustan los cambios pero creo que la única manera de crecer y ser mejor persona, es enfrentarte a ellos con todas tus fuerzas”.

 

Autora : Mabel Pérez Redondo. Psicóloga ACCU Madrid, Colegiada M-24679.

Texto publicado originalmente en la revista Crónica #112 de diciembre del 2017 disponible en el Área de socios.

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adolescentes, psicologia, adolescencia, padres, madres, crecimiento

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