La ecografía intestinal, una gran desconocida en el diagnóstico de la EII

Imagen de una ecografía

La ecografía intestinal se utiliza de forma rutinaria en países como Canadá, Alemania e Italia y poco a poco se va introduciendo en los principales hospitales de España. Para los expertos se posiciona como una herramienta de gran utilidad para el diagnóstico y manejo de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII).

Charlamos con el Dr. Joaquín Poza Cordón, del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario La Paz, en Madrid, sobre cómo esta técnica ofrece ventajas sobre otras al no ser invasiva, como la endoscopia y, además, no radia por lo que se puede repetir tantas veces como sea necesaria sin riesgo alguno para el paciente. Por otra parte, la ecografía digestiva puede reducir el tiempo de diagnóstico por la amplia disponibilidad de equipos de ecografía en todos los hospitales.

La ecografía intestinal se centra en el estudio del tubo digestivo y, “como cualquier tipo de ecografía, es una prueba inocua para el paciente, es decir, no provoca ningún tipo de daño ni es molesta”, explica el Dr. Poza Cordón. En este tipo de exploraciones, se utilizan unas sondas ‘especiales’ que tienen alta resolución y permite a los clínicos ver la pared del tubo digestivo a tiempo real con gran definición. Para esta prueba, Poza añade que no es necesaria ninguna preparación específica salvo un ayuno de 4-5 horas.

Miguel tiene crohn y nos comenta su experiencia: “me ha ayudado a tener un mejor conocimiento de la enfermedad, y puedo decir a mi doctor, siento ‘esto’, y esa sensación poder asociarla a según qué cambios se observan en la ecografía. Para mí ha sido una prueba muy útil y didáctica al mismo tiempo, conozco y comprendo mejor mi crohn y cómo se comporta”.

Entre las principales ventajas que aporta destacan “la comodidad, inocuidad y permite además, valorar tramos de intestino que no son alcanzados con la colonoscopia”, explica el experto. Sin embargo, añade que no siempre se puede evitar la realización de la misma, ya que muchas veces aportan una información complementaria para el médico y puede ser necesaria la toma de biopsias.

Sin embargo, requiere de cierta especialización y la curva de aprendizaje en la técnica es algo lenta. No obstante, en los últimos años está aumentando el interés en la instauración de la misma, “la experiencia se consigue con el tiempo, con la ventaja de que en ningún caso el paciente se ve perjudicado por la realización de una ecografía”, comenta el Dr. Poza.

“Para una ecografía no necesitamos preparación previa, solo hay que ir en ayunas, no hay sedación, con lo cual no necesitamos acompañante, que a veces es un problema para muchos de nosotros; y, por último, no es una prueba invasiva, lo cual se agradece muchísimo, al rato estás en la calle y a seguir con tu vida”, añade Miguel, quien afirma recomendar la ecografía al 100% de los pacientes.

Miguel también destaca que “no vería la eco como una vía para ‘librarnos’ de las colonoscopias, aunque puede hacer que necesitemos menos. A mí con una eco consiguieron verme muchas áreas a las que por culpa de una estenosis, el colonoscopio no podía acceder”.

Si la comparamos con la resonancia magnética, esta precisa de lista de espera por lo que generalmente supone un retraso en el manejo de la enfermedad. Por otra parte, el Dr. Poza comenta que la resonancia en muchas ocasiones resulta una prueba incómoda para el paciente, ya que requiere la administración de una preparación intestinal en el propio hospital.

Félix, otro de los pacientes que ha probado esta técnica, incide igualmente en este aspecto a la hora de recomendar la ecografía. “Es mucho más cómoda para el paciente. Es una prueba rápida, no requiere  contraste como en otras técnicas que, en más de una ocasión, no se tolera bien. Además, evita la claustrofobia que muchos pacientes pueden sufrir con otras técnicas”.

Si se compara con la tomografía axial computarizada, más conocido como TAC o escáner, “nos encontramos ante una prueba que radia al paciente y debe limitarse a situaciones muy concretas de la enfermedad, como en Urgencias donde no se disponga de otras técnicas y no se pueda demorar la realización de otras pruebas alternativas”, determina el Dr. Poza.

Asimismo, el doctor afirma que la ecografía digestiva se utiliza principalmente en crohn  ya que es una enfermedad que, por afectar a todas las capas del tubo digestivo, es “visible” por ecografía. Sin embargo, en la colitis ulcerosa como tan sólo está afectada una capa, la mucosa, no se suele ver por ecografía salvo en brotes moderados o graves de la enfermedad.

Además añade que en crohn se puede utilizar en distintas situaciones clínicas como: en la sospecha de la enfermedad, para evaluar la respuesta a los tratamientos, para el seguimiento de pacientes operados y para el diagnóstico y seguimiento de las estenosis, las fístulas y los abscesos abdominales. Según, la ecografía le ayudó a que este seguimiento fuera “cómodo, fácil y sin contraindicaciones”.

En cuanto a su utilización el Dr. Poza añade que existe una falsa sensación por parte de muchos especialistas de Digestivo y de Radiología, que el tubo digestivo no se puede valorar por ecografía por la presencia de gas intestinal, que es el enemigo de la exploración, ya que impide ver lo que queda por debajo. “Sin embargo, en la enfermedad de Crohn los segmentos que están afectados no suelen tener gas, por lo que pueden valorarse adecuadamente por ecografía”

Desde la experiencia del Dr. Poza esta técnica ha contribuido a un conocimiento integral de la enfermedad de Crohn, tanto en el comportamiento, en las pruebas de imagen tras la instauración de un tratamiento y muy especialmente en la toma de decisiones para iniciar un determinado tratamiento en un paciente.

Texto publicado originalmente en la revista Crónica #114 de julio del 2018 disponible en el Área de socios.

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Crohn, ecografía, diagnóstico, seguimiento, Joaquín Poza Cordón, La Paz, pruebas

Dr. Poza

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